Hace ya ocho meses desde que el proyecto de Ley de los Presupuestos Generales dio el primer aviso: Hacienda proponía aumentar el control de las sicavs. Fue solo una medida, lejos de un desmantelamiento de este tipo de vehículos de inversión, muy populares entre los grandes patrimonios. Pero en cada campaña electoral —y ahora todo indica que se acerca otra— las sicavs y su tratamiento fiscal salen a debate. E incluso si no hay elecciones, y Pedro Sánchez logra que Podemos le respalde a cambio de un acuerdo programático, la tributación de las rentas altas tiene muchas papeletas para formar parte del paquete de medidas.
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